¿Cuál es su valoración
de Expoliva (Feria Internacional de Aceite de Oliva e Industrias afines) como
catalizador e impulsor de relaciones y operaciones comerciales?
Es una banalidad reconocer que la proyección que ha tenido
Expoliva en los últimos años ha contribuido positivamente al posicionamiento de
AGROISA como uno de los referentes de la industria auxiliar del olivar, en
alguno de los mayores países productores de Aceites de Oliva a nivel mundial.
Un país como el nuestro, dominante de la tecnología y con toda la expertise necesaria
para la puesta en valor del sector en cualquier país del mundo, necesita un
ente focalizador, visible y con capacidad de generar negocio como es Expoliva.
Si existe algún evento en el mundo con capacidad de medir el pulso del sector a
nivel tecnológico y comercial, sin duda Expoliva lo es.
¿La actual edición es
la número XVIII, que circunstancias o servicios ha echado en falta en otras
ediciones?
Por nuestra experiencia en otras ferias internacionales, el
principal escoyo que la organización debería salvar, es el adecuado encaje del
carácter social del evento (por la repercusión económica y mediática que supone
para la región), con la dimensión profesional de la misma. Entendemos que es extremadamente
complicado satisfacer las necesidades del expositor y de sus potenciales
clientes cuando existe la necesidad imperiosa de dar cobertura a la exagerada
cantidad de público que se mueve por una motivación lúdico festiva. La
deficiente calidad en el servicio a expositores y visitantes provocada en
ediciones anteriores, como pueden ser los servicios directos al expositor (acceso,
aparcamiento, wifi, …), accesos al recinto, las zonas de aparcamiento, el
transporte público o los alojamientos, debería ser un eje estratégico a
reforzar por la organización para alinear el potencial del evento con su
contenido. Nada que decir en relación a las instalaciones que han ido mejorando
a cada año.
¿Cuál, en su opinión,
es el contexto actual del sector de cara a la celebración en mayo del citado
evento?
El momento histórico que está viviendo la olivicultura en
estos momentos hace pensar que se puedan cumplir al alza, previsiones tales
como el incremento en los consumos per cápita a nivel mundial, la globalización
también en la producción, la estabilización en unos niveles aceptables de
rentabilidad, la tecnificación y el progreso de la misma hacia unos niveles de
eficiencia hasta ahora no conocidos, el exponencial desarrollo del conocimiento
a todos los niveles o la búsqueda casi enfermiza de la diferenciación por
calidad o por cualquiera otro de los parámetros que pueda sugerir la
creatividad del productor. Todo ello obliga, entre otras cosas, a que
industrias auxiliares como la que representa AGROISA en el sector, tenga que
repensar a cada año su dinámica empresarial si es que en
su eje estratégico se encuentra la asociación de la marca con la dinámica
innovadora que exige el nuevo curso de los tiempos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario