Cuál es su valoración de Expoliva como
catalizador e impulsor de relaciones y operaciones comerciales?
Expoliva se ha consolidado como la primera feria
internacional del aceite de oliva e industrias afines. Es la que concita mayor
participación y la que el sector considera su asistencia como imprescindible.
La valoración es muy alta, no sólo por el volumen de intercambios y negocio
sino por la diversidad de la oferta que realiza, desde novedades tecnológicas,
presentaciones, foros de debate, premios a la innovación o al aceite extra
virgen o la barra de los aceites, que
permite mostrar los excelentes aceites de todo el mundo olivarero
¿Qué
circunstancias y servicios ha echado en falta en otras ediciones?
Quizás por la gran cantidad de eventos, se producen excesivos
solapamientos que pueden dificultar la asistencia.
Por otra parte noto la
falta, al menos en el área de la olivicultura de la realización de
demostraciones de maquinaria,
coordinadas con algún centro de investigación o fincas colaboradoras.
Otra cuestión que me
parecería de gran interés es dedicar un día especial a una de las naciones
productoras de aceite de oliva, de forma que se presenten las oportunidades y
se conozcan sus aceites y aportaciones al sector.
¿Cual,
en su opinión, en el contexto actual del sector de cara a la celebración en
mayo del citado evento?
Independientemente de
la coyuntura de disminución de la producción mundial y el mantenimiento del
consumo, lo que hace más atractivo el sector, nos encontramos, al menos en
Europa, en una encrucijada de rentabilidad del sector. Esta circunstancia
estructural debe llevar a unas nuevas propuestas de reestructuración del sector
oleícola en todos los aspectos, desde las densidades de plantación hasta la
mecanización o la producción diferenciada de calidades y esta circunstancia
debe tener reflejo en Expoliva
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